El principal reto de la expansión de la actividad minera radica en el nivel de sostenibilidad que es posible alcanzar. Este se sustenta esencialmente en el uso eficiente de los recursos naturales, así como en su huella ambiental.
Producto de la ausencia de conciencia y regulación ambiental, el Perú del pasado nos dejó más de 8 mil pasivos ambientales mineros (en su mayoría sin responsables identificables), de los cuales solo alrededor de 1,000 se encuentran en proceso de remediación.
Los relaves se constituyen como el principal residuo a manejar por su alta toxicidad y grandes volúmenes, generando una percepción de alto impacto negativo cuando se almacenan. Asimismo, el desmonte de mina es el material estéril o mineral de baja ley que se obtiene producto del trabajo realizado para obtener el mineral. En ambos casos se requiere un sistema de evaluación permanente de riesgos asociados.
Los pasivos ambientales son aquellas instalaciones, efluentes, emisiones, restos o depósitos de residuos producidos por operaciones mineras abandonadas o inactivas, que constituyen un riesgo permanente y potencial para la salud de la población, el ecosistema circundante y la propiedad (Ley 28271, Ley que regula los pasivos ambientales de la actividad minera). Estos pasivos se encuentran agrupados en alrededor de 751 ex Unidades Mineras (exUM). Sin embargo, de momento no hay una actualización de sus características específicas ni una estimación realista de los recursos necesarios para su remediación (BID, 2021)
Las empresas mineras y aliados buscan tecnologías que consideren uno o más elementos de valor en su propuesta.
Soluciones alineadas a estándares internacionales como el Estándar Mundial de la Industria sobre Gestión de Relaves (GISTM por sus siglas en inglés), entre otros.
Respecto a la disposición de relaves, soluciones que aseguren la capacidad de las relaveras, así como la seguridad de éstas, con foco en la estructura. Hay una oportunidad de mejora en la incorporación de guías.
Promover el cambio en la percepción desfavorable de los relaves para usos alternativos y seguros.
Soluciones con enfoque de economía circular: i) revalorización (negocios rentables que permitan recuperar el valor económico) y ii) cero residuos (máximo aprovechamiento del concentrado).
Oportunidad en considerar en las soluciones propuestas, herramientas del Estado como Pasivos por Impuestos.
Tener claridad en relación con las ventajas y desventajas del uso o reúso planteado considerando entre otros su estabilidad química (inmovilización de metales contenidos).
La minería es un sector clave en la agenda mundial para el desarrollo sostenible y cambio climático; pero no solo a través de su rol de proveedor de minerales y metales, tan necesarios para generación de tecnologías limpias; sino como un agente de cambio capaz de incorporar nuevas tecnologías que reduzcan la huella de carbono y/o generen huella positiva permitiendo ser una actividad carbono neutral.
Algunas alternativas energéticas que vienen trabajándose son la energía eólica, la solar, y el biodiesel; asimismo, el hidrógeno verde se postula como uno de los pilares en la transición energética. No obstante, aún se requieren alternativas de reducción de huella de carbono con viabilidad económica/técnica.
Las empresas mineras y aliados buscan tecnologías que consideren uno o más elementos de valor en su propuesta:
Tecnologías que no sólo reduzcan la huella, sino que sean costo-eficientes (considerando almacenamiento de la energía, acceso a la zona de mina, así como condiciones ambientales).
Enfoque a largo plazo incluyendo alternativas de uso de las áreas rehabilitadas y considerando una reducción de los costos de energía en las actividades de post-cierre.
Soluciones que consideren la cadena de valor (foco en proveedores).
Considerar en la solución procesos de mejora continua en el manejo adecuado de energía y en la reducción de la huella de carbono como los vinculados al ISO 50001.
La medición o cuantificación eficiente de la huella de carbono, como elemento clave para medir la mejora, y generar un impacto positivo en la reputación del sector.
Sinergia con otros sectores o proyectos (ejemplo, reforestación, reducción del impacto de la minería ilegal)
La actividad minera no es perenne, sino que tiene un tiempo de vida; ello requiere que las empresas mineras establezcan un plan para que, finalizada la actividad, las condiciones sean iguales o mejores a las condiciones previas a la misma. Así, el cierre de minas puede definirse como el conjunto de actividades a ser implementadas a lo largo del ciclo de vida de la mina a fin de cumplir con los criterios ambientales específicos y alcanzar los objetivos sociales deseados después de la etapa de minado. El cierre de minas es un proceso progresivo que empieza en la primera etapa del proyecto con el diseño conceptual y termina sólo cuando se han alcanzado de manera permanente los objetivos específicos de cierre. Existen cuatro escenarios: i) cierre temporal, donde se requiere desarrollar un plan de cuidado y mantenimiento detallado, considerando la posibilidad de futuras operaciones en el sitio; ii) cierre progresivo, ocurre de manera simultánea a la etapa de operación de una mina, cuando un componente o parte de un componente de la actividad minera deja de ser útil y se requieren actividades tales como desmantelamiento, demolición, restablecimiento de la forma del terreno, y/o revegetación; iii) cierre final, cuando a consecuencia del agotamiento de los recursos minerales económicos, cesan las operaciones de minado y de procesamiento, requiriéndose actividades tales como desmantelamiento, demoliciones, estudios in-situ para la disposición final y/o el rescate de materiales, estabilización física, geoquímica e hidrológica, restablecimiento de la forma del terreno, revegetación, entre otros; y iv) post cierre, donde el propietario es responsable del cuidado y mantenimiento del sitio por un período mínimo de cinco años después del cierre del mismo (MINEM, 2006).
Las empresas mineras y aliados buscan tecnologías que consideren uno o más elementos de valor en su propuesta.
Aún hace falta conocimiento para cierres eficaces que permitan el uso futuro y/o recuperación de hábitats en base a investigaciones metalúrgicas.
Tecnologías que ayuden a la recuperación total de las áreas utilizadas durante la operación, asegurando la sostenibilidad de las actividades de cierre en el tiempo.
Tecnologías y/o soluciones que incorporen la valorización de los costos de cierre en tajo abierto, así como el manejo de aguas ácidas.
Tecnologías costo-eficientes en las diversas actividades requeridas según tipo de cierre.
Soluciones que contemplen el impacto visual.
Tecnologías en coberturas para el cierre de componentes mineros.
Tecnologías/soluciones que profundicen la relación agua-suelo para el cierre.
Los trabajos mineros, al finalizar, deben restaurar el medio ambiente casi a como estaba previamente. La recuperación de vegetación y/o estabilización geoquímica, en zonas de depósitos de relaves es lenta y a su vez, existe una alta dependencia de las comunidades en torno a la mina en el éxito del cierre.
Adicionalmente al enfoque ambiental y de recuperación de áreas, hoy es impensable no incluir en la estrategia de cierre, el añadir valor a la comunidad. Previo al retiro de instalaciones se verifica si la comunidad va a necesitar algunas de ellas. Se debe pensar en los mejores usos para que estas instalaciones generen nuevas actividades. Ya no es posible pensar el cierre al final del ciclo de vida de la operación, sino que los planes de cierre deben estar asociados a la vida de la mina (LOM – life of mine) y ser progresivos por lo que los instrumentos de generación de datos que se implementen deben permitir proyectar la influencia del cierre de minas en el entorno y considerar el largo plazo.
Las empresas mineras, actores del Estado buscan modelos/mecanismos y/o sistemas que consideren uno o más elementos de valor en su propuesta.
Involucramiento de comunidad (empresas comunales / actores locales) en la planificación del uso de territorio, así como en la generación de modelos de negocios.
Digitalización del agua: tecnologías de información que pongan en valor información abierta (open data) de forma transparente con foco en la generación de confianza.
Soluciones que contemplen el impacto visual.
Soluciones para cierres temporales/progresivos/final/post-cierre.
Oportunidad de adoptar experiencias de otros países considerando el contexto propio del ecosistema (climática: lluvia abundante, páramos, etc.).
Soluciones basadas en la naturaleza, así como revalorización de soluciones ancestrales como humedales, entre otras.
Soluciones que promuevan el desarrollo de actividades económicas como turismo, u otros.
Soluciones que consideren los impactos que están teniendo minas ya cerradas.
La infraestructura es pieza clave para el desarrollo, esencial para mejorar la calidad de vida de las personas, así como para facilitar la inclusión de éstas en las sociedades. Si bien se suele utilizar una definición vinculada a tangibles o bienes de capital, en un sentido amplio la infraestructura puede ser definida como las estructuras físicas y organizativas, redes o sistemas necesarios para el buen funcionamiento de una sociedad y su economía.
La incorporación de infraestructura económica, social, de medio ambiente y/o de la información y el conocimiento generan una oportunidad de inclusión para las comunidades (ubicadas algunas veces en zonas remotas), así como el fortalecimiento de la relación comunidad-empresa minería, a través de la generación de valor compartido.
Las empresas mineras y actores del Estado buscan modelos/mecanismos y/o sistemas que consideren uno o más elementos de valor en su propuesta.
Infraestructura que facilite la inclusión digital de las comunidades y el impacto que ello supone en salud, educación, entre otros.
Soluciones que permitan satisfacer la demanda de transporte de minerales y de personas considerando la sobrecarga que existe en la infraestructura vial existente.
Fuerza laboral futura.
Desarrollo de la cadena de valor local.
Enfoque territorial.
Digitalización del agua: tecnologías de información que pongan en valor información abierta (open data) de forma transparente con foco en la generación de confianza.